Cada 28 de junio se celebra el aniversario del día en que las personas que se encontraban en el Stonewall Inn de Nueva York iniciaron una revuelta ante el acoso del Escuadrón de Moral Pública de la Policía. En el mismo mes del Orgullo, el 24 de junio, es también el aniversario de un acontecimiento similar en España.
«Isla de libertad»
En la localidad de Torremolinos (Málaga), el callejón conocido como Pasaje Begoña reunía alrededor de una treintena de locales en los que se podía expresar libremente la identidad y orientación sexual. Durante los años 60 (en plena dictadura) locales como The Blue Note, el Purquoi Pas?, La Boquilla, el Bar Gogó, La Sirena, el Oso Blanco, La Cueva de Aladino, el Evans, la Sala Don Quijote, el Incógnito, el Bar Eva, El Bohío, la Sala Le Friacre, el Montecristo, El Fauno y el Tony’s Bar eran regentados por personas abiertamente LGTB (como la cantante y actriz Pia Beck) y frecuentados por miembros del colectivo de dentro y fuera de España, además de celebridades del mundo de la música y el cine como Sara Montiel, La Otxoa, Massiel, Luciana Paluzzi, Coccinelle, Amanda Lear, Grace Jones, Helmut Berger o John Lennon y el representante de The Beatles, Brian Epstein. Los bares «de ambiente» se mezclaban con los restaurantes y locales de música, dando lugar a una atmósfera donde se convivían artistas de Drag, familias malagueñas, turistas y un sinfín de personalidades diversas.
Pese a la represión franquista, el dinero que atraía la afluencia de turistas propiciaba que se hiciera la vista gorda. No obstante, para evitar los arrestos y las multas de las autoridades, les trabajadores y asistentes de los locales hacían uso de distintas estrategias. Según cuentan testigos, había timbres colocados en algunas puertas para avisar de la llegada de la policía; lesbianas y gays se juntaban para simular parejas heterosexuales.
Represión franquista
Ya en 1963, un año después de su apertura, la Asamblea Provincial de Turismo de Málaga fomentaba la “persecución rigurosa a los brotes de homosexualismo y perversión”. De 1962 a 1971, propietaries y clientes tenían costumbre de presenciar pequeñas detenciones. Pero el 24 de junio de 1971 se produjo la “gran redada”. Se barajan como posibles detonantes los intereses inmobiliarios, la visita de la esposa del entonces Gobernador Civil Víctor Arroyo Arroyo, perteneciente al Opus Dei, o la supuesta homosexualidad de su propio hijo. Tras haber recibido varias quejas de una parte de la población acerca del ambiente de la zona, se ordenó la movilización de todos los vehículos de la Policía Armada de Torremolinos e incluso se trasladaron efectivos de la Policía de Málaga.
La operación se saldó con más de 300 personas afectadas, 114 de ellas detenidas bajo el pretexto de ser consideradas “peligrosos sociales” y atentar “contra la moral y las buenas costumbres”. Al amparo de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social y la Ley de Vagos y Maleantes, varias personas fueron encarceladas y a todas las arrestadas se les abrió un expediente policial según el cual estarían “bajo vigilancia de las autoridades”, lo que agravaba las consecuencias en caso de reincidir en “conducta inapropiada”. Las personas extranjeras que allí se encontraban fueron deportadas, y más de 23 negocios fueron clausurados tras imponérseles multas de 10.000 pesetas por “vulnerar la legalidad y permitir comportamientos licenciosos”.
Recuperación y futuro
Como consecuencia de este episodio, el Pasaje Begoña quedó abandonado hasta caer en decadencia. En 1981 se cambió su nombre por el de Pasaje Gil Vicente. En enero de 2018 se estableció la Asociación Pasaje Begoña, que trabaja por la rehabilitación y la promoción cultural y turística de este lugar histórico. En Junio de 2019, dirigentes de la entidad viajaron a Nueva York en el World Pride para llevar a cabo un acto de hermanamiento con The Stonewall Inn. Gracias a la labor de la asociación, el Parlamento de Andalucía y el Congreso de los Diputados han declarado el Pasaje Begoña lugar de Memoria Histórica y cuna de los derechos y libertades LGTBI. 50 años después, puede que volvamos a ver el esplendor de la que un día fue conocida como “Isla de libertad”.