Los términos LGTBIQA+ que manejamos no son universales, y por ello en muchas culturas existen otras identidades sexuales y de género reconocidas que no siempre corresponden a una de las siglas exactamente. En este artículo veremos algunas de las etiquetas que son culturalmente específicas y que no encajan necesariamente en las identidades que conocemos.
Femminiello
En la cultura napolitana, los femminielli no encajarían por completo en lo que en nuestra cultura podrían ser hombres cisgénero homosexuales con una expresión de género tradicionalmente femenina ni mujeres trans, sino que es una identidad propia. A pesar de que el nombre podría recordar a nuestra palabra “afeminado”, que suele conllevar una connotación negativa, los feminielli su identidad está tan enraizada en la cultura napolitana desde hace varios siglos que no sufren la discriminación que experimentan en otros lugares los hombres femeninos o las mujeres trans; es más, cuentan con tradiciones muy arraigadas como bendecir a los bebés de sus familiares y vecinos, participar en misas y danzas tradicionales y desfilar en lo que se conoce como el Matrimonio dei Feminielli (un desfile en carruaje en el que recorren las calles vestidos de boda en compañía de sus maridos). En la actualidad cuentan con una celebración propia del Orgullo en Campania.
Kathoey
Las Kathoey tailandesas son frecuentemente consideradas mujeres trans en occidente, aunque en su lugar de origen se consideran integrantes de un tercer género. Existen identidades similares como la durani o la menaka en regiones de India, la meti en Nepal o la zenana en Pakistán. A pesar de que pueden acceder con facilidad a tratamientos hormonales y quirúrgicos si lo desean, no les está permitido modificar sus documentos de identificación. A pesar de que la tradición budista promueve su aceptación, muchas familias muestran decepción ante la salida del armario de sus hijas kathoey. A pesar de que algunas de ellas ocupan puestos de prestigio (estrellas de cine, cantantes de éxito) y cuentan con sus propios concursos de belleza, muchas de ellas sufren una gran discriminación laboral y objetificación sexual (recibiendo el nombre de ladyboys en la pornografía y la prostitución).
Two Spirit
Desde finales del siglo XX, muchas personas pertenecientes a distintos pueblos amerindios de Norteamérica que manifiestan roles de género femeninos y masculinos independientemente de su sexo biológico se identifican como Two Spirit. Se trata de un término paraguas muy reciente surgido de la necesidad de sustituir el concepto peyorativo berdache, denominación impuesta por los colonos europeos para referirse a todas las personas que no encajan en las normas occidentales de sexo-género-sexualidad. El término engloba un gran abanico de identidades propias de diferentes pueblos, por lo que es muy heterogéneo.
Un ejemplo de estas identidades es la de las personas nádleehi de la tribu Diné (Navajo); el significado de la palabra nádleehi sería algo similar a “quien se transforma” o “quien cambia”, y no se enmarca en el género binario sino que es una identidad de género que fluye entre las cuatro categorías que este pueblo reconoce. Aunque llevan asociadas unas ceremonias particulares y son reconocidas por sus comunidades, muchas personas han sido vícitimas de agresiones e incluso asesinatos por su condición.
Khanith
En varios territorios de la Península Arábiga se usa la palabra khanith para referirse a las personas que, habiendo nacido con sexo macho, adoptan roles de género típicamente femeninos. Aunque se les ha equiparado a las mujeres trans, suele dárseles trato en masculino (tanto en pronombres como en el nombre) y en ocasiones abandonan el rol de género femenino para casarse con mujeres y tener hijos, llevando una vida familiar tradicional. A veces el término khanith se usa a modo de insulto.
Bakla
Las personas bakla están reconocidas como “tercer género” en Filipinas. Se denomina así a personas nacidas con sexo macho y rol de género femenino; en algunas ocasiones su identidad de género es de mujer y su orientación sexual suele ser hacia hombres. En la sociedad precolonial gozaban de alta consideración y solían ser líderes espirituales. Sin embargo, las religiones impuestas durante la era colonial han cambiado la actitud de una buena parte de la población y estas personas no se encuentran en condiciones de igualdad; por ejemplo, el matrimonio homosexual no está permitido. Aunque es posible acceder a tratamientos hormonales y quirúrgicos para quienes lo quieren, la discriminación por motivos religiosos hace que la juventud bakla tenga un mayor riesgo de caer en depresión, consumo de drogas y suicidio.
Fa’afafine
En Samoa, se asigna un género conocido como fa’afafine a personas nacidas macho que se identifican como mujer, aunque su expresión de género puede ser femenina o masculina. Su orientación suele ser maoritariamente hacia hombres cis y ocasionalmente mujeres cis pero no tienen relaciones con otras personas fa’afafine, y su derecho al matrimonio no está reconocido de manera igualitaria. Representan entre un 1% y un 5% de la población y suele asignárseles roles muy relacionados con el cuidado familiar (especialmente de las criaturas). Aunque no se identifican con el concepto trans* por no ser sensible a sus valores culturales, la comunidad fa’afafine colabora con asociaciones LGBTI+ para luchar contra las leyes homófobas y tránsfobas del colonialismo.
En otras regiones existen identidades análogas reconocidas como la akava’ine (en las Islas Cook), la fakaleiti (en Tonga, Polinesia) o la māhū (en Tahití y Hawaii).
Bissu y Calabai/Calalai
En la etnia Bugis de la isla de Célebes se reconocen cinco géneros.
Uno de ellos es el bissu, generalmente asignado a personas intersexuales o a aquellas que se considera como tal aunque su intersexualidad no sea anatómicamente visible. Ser bissu conlleva aprender a hablar una determinada lengua y a realizar rituales espirituales y culturales propios, además de adoptar una vestimenta recatada y una vida célibe. A pesar de que las personas bissu eran muy relevantes en su sociedad por su rol religioso, la incorporación de su región de origen a la república de Indonesia ha supuesto su persecución por parte de las autoridades más afines al fundamentalismo islámico; por esto, el número de personas que adoptan la identidad bissu se ha reducido drásticamente.
Entre otros de los cinco géneros de esta región están las personas calabai y calalai. Serían personas de sexo masculino que adoptan un rol de mujer heterosexual y personas de sexo femenino que adoptan un rol de hombre heterosexual, respectivamente. Aunque esto nos pueda hacer pensar que se trata exactamente de mujeres y hombres trans, cuando se ha preguntado a la población calabai y calalai por su identidad de género no han expresado una disconformidad con el género asignado al nacer; simplemente adoptan un rol del otro género y viven así en sociedad.
Muxe
El género muxe de Oaxaca (México) es heterogéneo.
Se asocia a personas que nacen con genitales masculinos y adoptan un rol tradicionalmente femenino, o que no se identifican con el género de hombre.
Pueden formar pareja con hombres o con mujeres (de manera menos habitual), aunque no es común que mantengan una pareja de por vida. Por el contrario, se les considera personas muy importantes en los cuidados familiares y es por esto que sus madres les enseñan las tareas relacionadas con el hogar y la familia; suelen permanecer en la casa de sus padres y, cuando estos mueren, se convierten en cabeza de familia.
Hijra
Las personas Hijra de India y Pakistán suelen equipararse a las mujeres trans, aunque también tienen esta identidad algunas personas intersexuales. Suelen vivir en comunidad para ejercer roles artísticos y culturales, pero también por el hecho de que muchas son rechazadas por sus familias a pesar de ser una identidad reconocida en su país. Generalmente no definen su orientación sexual sino que consideran que trascienden la sexualidad de manera espiritual; sin embargo, por la discriminación que sufren, muchas de ellas ejercen trabajos sexuales para sobrevivir y tienen un riesgo muy alto de sufrir violencia y contraer VIH. Algunas de ellas (que se identifican como kothis) deciden casarse con hombres, pero estas relaciones no tienen reconocimiento legal ni religioso.
Burnesha
En países cercanos a los Balcanes como Albania, Montenegro y Kosovo existen algunas vírgenes juradas o burneshas, aunque ya apenas quedan unas pocas y de edad muy avanzada. Se trata de mujeres que escogieron vivir como hombres socialmente (nunca realizando modificaciones corporales más allá de llevar pelo corto y vestir ropa tradicionalmente masculina) a cambio del voto de castidad. Algunas burneshas sí manifiestan una disconformidad con el género de mujer que se les asignó al nacer, pero otras muchas han vivido como tal simplemente para escapar a los mandatos asignados a las mujeres o a matrimonios concertados y para poder disfrutar de los mismos derechos que los hombres.
Estas son sólo unas pocas de las identidades que nos muestran que la diversidad está presente en todo el mundo. La identidad del ser humano no puede ser constreñida únicamente en dos categorías rígidas y existen además aspectos específicos de cada momento histórico y contexto cultural que nos ayudan a ver cómo el género está influenciado por aspectos mucho más allá de la biología. Es importante que tengamos en cuenta que las orientaciones y las identidades pueden cambiar y evolucionar no sólo a nivel individual sino dentro de cada sociedad, por lo que es necesario que seamos flexibles para comprender no sólo estas «etiquetas» que actualmente no se enmarcan en nuestra cultura sino las que surgirán en el futuro.
Gracias por tan buena e interesante información! Me encanta vuestro blog
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¡Muchas gracias!
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